La concentración del mercado de los combustibles en Argentina y una tendencia indeclinable

En el mundo, pero principalmente en los países subdesarrollados, los mercados petroleros están acaparados por pocos jugadores. Si bien tienen cierta capacidad para empujar los precios, en general son productos que están regulados por los Gobiernos Nacionales, por su sensibilidad en la inflación e influencia en la competitividad de la economía.

En Argentina hay dos firmas que peligran su continuidad: Petrobras, que atraviesa un proceso de crisis en su casa matriz (Brasil) y necesita girarle recursos de otras plazas; por otro lado, Oíl Combustibles, por su deuda con la Administración Nacional de Ingresos Públicos (AFIP) de 8.000 millones de pesos.

En el caso de la brasileña, Pampa Energía, hizo una oferta para comprar sus activos. Oil, en cambio, entró en concurso de acreedores para intentar continuar con las operaciones, pero la deuda es tan o más importante incluso que el valor de la compañía.

Víctor Bronstein, Director del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad (Ceepys) explica que “es por las características del sector” que se terminan formando oligopolios, en alusión a la necesidad de contar con gran infraestructura y logística.

Producir y distribuir naftas y gasoil a gran escala, no es asunto que una Pyme pueda atender. Y para que sea negocio, se requiere trabajar con volumen, en plazas como la Argentina donde habitan apenas 40 millones de personas.

“Salvo Estados Unidos, a nivel mundial los actores en el downstream y los precios son más o menos similares. No se ve una competencia clara”, sostiene el dirigente.

Por eso es que desde hace tiempo no se observan inversiones para la puesta en marcha de una nueva red. “Entrar con una nueva marca es complejo”, asegura, aunque no descarta que haya movimiento en los próximos años. Alguna multinacional de peso podría interesarse por jugar en la comercialización de combustibles.

En lo que respecta a valores en surtidor, señala que en líneas generales el litro se paga aproximadamente un dólar, por más banderas que tenga el país. Aunque aclara que “el único lugar donde impactó fuerte la baja del petróleo fue en Estados Unidos”. Allí hay más insignias que en el resto de los continentes.

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