Por Tom Whipple
En el último mes, los precios del petróleo WTI de Estados Unidos han caído de cerca de US$ 52 el barril a menos de US$ 45. Esto se debe en buena parte a las grandes exportaciones de crudo de Estados Unidos, las cuales han sido alrededor de 1 millón de barriles por día en las últimas semanas (a pesar de esto continúa importando el 47% del petróleo que consume, alrededor de 7 millones de barriles por día). Por su parte, los precios del Brent del Mar del Norte, se han situado entre US$2 y US$3 por barril más alto que el WTI.
Sumado a esto, la semana pasada un informe de la Agencia Internacional de Energía predijo que el exceso de petróleo continuaría en el 2018 e incluso más allá, y combinado con un inesperado aumento de las reservas de petróleo comerciales de Estados Unidos, empujaron los precios del petróleo hacia abajo, para tocar los US$43.
Hasta hace poco, la AIE preveía que el recorte de producción de la OPEP y de los países NOPEP pronto drenaría el exceso de petróleo y los precios subirían. Sin embargo, la Agencia ha cambiado su pronóstico y prevé que la situación global de exceso de oferta continuará hasta 2018. La AIE prevé que la demanda mundial de crudo tendrá un crecimiento de 1,3 millones de barriles por día en 2017 y 1,4 millones en 2018. Además, observa que la producción de shale oil en los Estados Unidos aumentará en 430 mil barriles por día este año y 780 mil el año que viene.
La producción total de los países por fuera de la OPEP, incluyendo Estados Unidos, se prevé que crezca en 1,5 millones de barriles por día el próximo año. Con los inventarios de almacenamiento globales actualmente en 292 millones de barriles ubicados por encima de la meta de la OPEP, esto es el promedio de cinco años, es difícil proyectar como se va a dar el consumo del exceso de petróleo en el próximo año, teniendo en cuenta que si la producción de shale en Estados Unidos continúa creciendo más allá de los niveles proyectados.
Para analizar la cuestiones relativas a los precios del crudo, debemos detenernos en otras zonas del mundo que también deben ser consideradas, tal es el caso de Nigeria y Libia. Debido a situaciones de inestabilidad interna en ambos países la producción de petróleo se ha visto recortada muy por debajo de los niveles normales, por lo que estos países habían quedado exentos de la reducción acordada por la OPEP. Pero ahora, estos países están retornando a los niveles normales de producción, por lo que Libia podría llegar a alcanzar el millón de barriles en los próximos meses y Nigeria recuperar sus niveles de producción cercanos a los 2 millones de barriles por día. De lograrse esta situación, ambos países estarían produciendo 900 mil barriles por día más que en el momento en que se establecieron los recortes. Esta situación contribuiría a mantener a raya el aumento en los precios del crudo.
Sin embargo, esto no es del todo certero ya que como mencionamos más arriba, Libia y Nigeria son políticamente inestables y la producción podría volver a caer en cualquier momento. Por ejemplo, en Nigeria, hay rumores de nuevos ataques contra la infraestructura petrolera por parte de los militantes anti gobierno. En Libia por su parte, el conflicto con Qatar parece estar profundizando las divisiones entre las facciones pro y anti islámicas en el país.
Volviendo a los Estados Unidos, donde el mayor aumento proviene de la producción de no convencional (aunque el convencional sigue constituyendo la mayor producción) a pesar de que los precios de producción son más elevados en el caso del shale y del petróleo de aguas profundas en comparación con el crudo convencional. Debido a esto, se ha entablado un debate en torno a si es posible seguir aumentando la producción con precios cercanos a los US$40.
En primer término, hay quienes observan que se puede continuar produciendo en torno a esos precios ya que se han logrado grandes avances en el desarrollo del shale que han mejorado la eficiencia en la producción. Como la mejora en los equipos de perforación, aumento en la intensidad de las fracturas hidráulicas, mejor desarrollos logísticos y de perforación. Todo esto ha permitido bajar los costos de producción de más de US$60 por barril a cerca de US$40, haciendo rentable la producción de shale en torno a un barril entre 40 y 50 dólares.
Por otro lado, hay quienes consideran que los precios se aproximan a valores donde la producción de shale deja de ser rentable. Aclaran que si los precios caen por debajo de los US$40 muchos de los pequeños productores que dependen íntegramente de la producción de shale oil se encontrarían en serios problemas para cumplir con las predicciones optimistas de un aumento de la producción. Cabe destacar que el WTI ha caído un 19%, desde más de US$55 en enero de este año a valores apenas por encima de los US$40. Vale recordar que hace tan solo 18 meses, el crudo estadounidense se encontraba por debajo de los $30 el barril, lo que causó un gran número de empresas quebradas y una considerable reducción en la producción de shale.
Algunos especialistas creen que a menos que la OPEP y otros países fuera de la organización estén dispuestos a hacer nuevos recortes en la producción los precios del crudo seguirán cayendo. Sin embargo hoy por hoy, la interacción de muchas variables entre la oferta y la demanda que estarán en juego durante los próximos 18 meses hace que sea casi imposible saber con certeza el futuro de los precios del petróleo.