Los antecedentes de esta iniciativa se remontan a 1979, cuando Jimmy Carter instaló 32 paneles solares en la Casa Blanca para calentar agua, pero el Gobierno de Ronald Reagan los retiró en 1986. En 2010, Obama recuperó la idea de Carter y anunció que volvería a instalar paneles solares en el tejado de la residencia presidencial, comenzando el proyecto a mediados del 2013.
Este emprendimiento se enmarca en un plan para impulsar la producción y el consumo de energía solar en los Estados Unidos. Tratando así de predicar con el ejemplo. El secretario de Energía, Ernest Moniz, subrayó que “instalar paneles solares en la Casa Blanca envía un importante mensaje de que la energía solar se encuentra en pleno desarrollo en nuestro país”.
La Casa Blanca tiene el objetivo de recuperar la inversión realizada en un plazo de ocho años (no se precisaron montos). Sin embargo esto no sería del todo cierto, ya que los costos son más bajos debido a la inclusión de subsidios otorgados a los proyectos de desarrollo de energía solar en el país. Sin ellos se tardaría mucho más en recuperar el gasto efectuado. Se estima que durante la vida útil del sistema de la Casa Blanca, 25 años, los contribuyentes estadounidenses desembolsarán alrededor de 66.000 dólares en subsidios.
Sin embargo, hay algunas cuestiones a tener en cuenta a la hora de la utilización de energía solar. Por ejemplo en Washington D.C durante el invierno nieva, lo cual complica la captación de los rayos del sol.
