Por Victor Bronstein.
El petróleo ha modelado nuestra civilización impulsando un crecimiento económico inédito. Proporciona el 35% de la energía total, pero lo más significativo es que el 95% del transporte se mueve con derivados del petróleo. Sin petróleo se para el mundo.
Cuando se crea la YPF estatal, en 1922, el objetivo fue defender el recurso petrolero de la avidez de las grandes empresas extranjeras y evitar el monopolio en la comercialización de combustibles. En 1923, Mosconi define un plan estratégico con tres objetivos fundamentales:
* Hacer de YPF una empresa integrada con producción, destilación, transporte, almacenamiento y distribución.
* Actuar como regulador del mercado.
* Lograr el autoabastecimiento.
Este último punto fue la meta que no se logró: debido a las características geológicas de nuestro país, sólo en breves períodos este objetivo fue cumplido hasta la década de los 90.
Con el ingreso de China e India a la civilización industrial se forma un nuevo escenario en el que los recursos convencionales comienzan a dar síntomas de agotamiento. Por primera, la oferta tiene dificultades para satisfacer el crecimiento la demanda. Ante esta situación, la búsqueda del autoabastecimiento trasciende la cuestión económica para instalarse como un objetivo político fundamental y de seguridad energética. Hoy, a nivel global, se ha alcanzado la máxima capacidad de producción de petróleo barato y fácil de extraer en alrededor de los 75 millones de barriles diarios.
El problema es que el consumo actual de 91 millones es cubierto por petróleo off shore y no convencional, más caro y más difícil de producir. Se prevé que para 2025 la demanda alcanzará los 105 millones. ¿De dónde saldrá ese petróleo?, el mundo no puede importarlo. De los 192 países actuales, sólo 54 son productores de petróleo y de estos 54, sólo 14 están todavía en condiciones de aumentar su producción.
En este escenario global, las estimaciones sobre el potencial del shale gas y shale oil en Argentina abren un nuevo panorama energético para nuestro país, ya que el mundo va a necesitar de nuestros recursos. Según las estimaciones del Departamento de Energía de EE.UU., nuestras reservas de gas crecerían de 0,5 billones de m3 a 24 millones de m3 y nuestras reservas de petróleo de 2.500 millones de barriles a 25.000 millones.
Después de un poco más de un siglo y medio del comienzo de la era del petróleo, estamos entrando en una nueva etapa en la producción mundial, caracterizada por la utilización cada vez mayor de los recursos no convencionales y por las dificultades para satisfacer la demanda. Los bajos precios del petróleo y una provisión garantizada pertenecen al pasado. La buena noticia es que, en esta nueva etapa, nuestro país puede ser uno de los grandes protagonistas.
Original:http://www.ieco.clarin.com/economia/mundo-puede-importar-petroleo_0_1010299404.html