La aprobación por parte del consejo de administración de Repsol del acuerdo alcanzado el lunes por la nacionalización del 51% de YPF, no evitó, al menos, desestabilizar la imagen del CEO de la firma española, Antonio Brufau, y poner el foco sobre sus habilidades para gestionar la compañía.
Desde entonces, los diversos medios ibéricos se hacen eco de sus errores y de la exigua cifra conseguida, y hasta le ponen fecha de salida de la presidencia. Los US$ cinco mil millones en bonos de deuda soberana a diez años saben a poco, dado que la deuda argentina está muy cuestionada por las agencias calificadoras internacionales y la petrolera podría terminar vendiendo los títulos por mucho menos. El 51% de YPF estaba contabilizado por más de US$ 7.300 millones.
Para muchos, en parte la nacionalización de YPF, se produjo porque Antonio Brufau pecó de arrogante, al no comprender lo elemental: que Cristina Fernández no iba a exprimir su superávit comercial para permitir que la Argentina se convirtiese en un importador estructural de hidrocarburos. “La actitud de Brufau fue muy arrogante, su conducta fue como la de un virrey en la época de la colonia. Se creyó más poderoso que el propio Estado y eso le jugó en contra”, explica a PERFIL; Víctor Bronstein, director del Centro de Estudios del Futuro, ex consultor de la ONU en temas energéticos. Más tarde se embarcó en una densa y larga batalla judicial contra el gobierno argentino, hasta que el propio ministro de Industria de Rajoy, José Manuel Soria, intervino con el gobierno mexicano y luego con el argentino para llegar a un preacuerdo.
En el consejo de administración, la figura de Brufau fue cuestionada por Pemex, accionista que posee el 9,3% de Repsol, que votó contra la declaración de apoyo a la gestión de Brufau. El grupo mexicano, un jugador estratégico para la petrolera española, mostró abiertamente su rechazo dejando en ascuas la alianza que mantiene con la compañía.
Pemex, de la mano de su titular Emilio Loyoza, mostró tener la cintura que le faltó al ejecutivo de Repsol, para no quedar fuera de la explotación del yacimiento de hidrocarburos no convencional Vaca Muerta, dado que mantuvo negociaciones con YPF para invertir en Argentina con miras a 2018. Y a Brufau, por su parte, aún le resta argumentar ante los accionistas de Repsol, el ceñido acuerdo de compensación alcanzado con el gobierno argentino.
Original:http://www.perfil.com/economia/Brufau-paga-costos-internos-y-Pemex-surge-como-actor-global-20131201-0035.html