El reciente acuerdo alcanzado entre Irán, Estados Unidos (EE.UU.) y los otros cuatro países con derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU (China, Francia, Reino Unido, Rusia) más Alemania, limitará los alcances del programa nuclear iraní, al tiempo que permitirá la apertura de las exportaciones de petróleo del país persa. En consecuencia, se prevé la incorporación a la oferta mundial de una mayor producción de crudo proveniente de la República Islámica y un impacto en los precios internacionales.
El histórico pacto logrado en Viena tras un extenso período de negociaciones pretende cortar todas las vías posibles para que Irán obtenga armamento nuclear durante al menos 10 años. El acuerdo compromete al país de Medio Oriente a reducir significativamente su producción de uranio enriquecido y permitir a los inspectores internacionales de la Agencia Internacional de Energía Atómica monitorear, verificar e inspeccionar todas las instalaciones nucleares del país.
A cambio, se procederá al levantamiento gradual de una serie de sanciones impuestas por los países aliados, que incluyen la prohibición de exportar petróleo a la Unión Europea y EE.UU. Desde que se puso en marcha el embargo petrolero hace tres años, las exportaciones de petróleo crudo y condensado iraníes se redujeron de 2,5 millones de bbl / d en 2011 a 1,1 millones bbl / d en el 2013.
El presidente de EE.UU. ha enviado el acuerdo al Congreso del país norteamericano, que tiene 60 días para aprobar o rechazarlo. Barack Obama, quien declaró que “el debate es una opción entre la diplomacia o la guerra” advirtió al Congreso, controlado por los republicanos, que vetará cualquier proyecto de ley que impida la aplicación del pacto.
Por otro lado, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, apoyó el acuerdo que envió a consideración del Parlamento de su país y declaró que “si se aprueba, debemos vigilar las posibles violaciones de las obligaciones de la otra parte y asegurarse de que eso no suceda. Como ustedes saben bien, algunos de los seis gobiernos de la otra parte no son de fiar”.
De concretarse, se espera que Irán firme convenios con grandes empresas de energía y aumente considerablemente su producción de crudo. Las sanciones internacionales han provocado una serie de cancelaciones o retrasos de proyectos de exploración, lo que resulta en la disminución de su capacidad de producción de petróleo. Esto tuvo como consecuencia que más de un millón de barriles diarios, equivalentes al 1% del mercado diario, dejaron de producirse.
El ministro de Petróleo iraní, Bijan Zanganeh, ha dicho que están en condiciones de recuperar la producción de crudo en un millón de bdp en seis meses. Por otra parte, un sondeo de Reuters entre 25 analistas de petróleo de los principales bancos y casas de bolsa prevé que Irán sería capaz de aumentar la producción de crudo entre 250.000 y 500.000 barriles diarios a finales de este año y hasta 750.000 bpd a mediados de 2016.
La posibilidad de volver exportar petróleo y un probable aumento en la producción petrolera de Irán han generado repercusiones en el mercado global, que observo como tras anunciarse el acuerdo se registraron caídas en el precio internacional. El precio del crudo Brent bajó US$1,15 situándose en US$56,70 el barril, mientras que el crudo Texas cayó US$1,05 a US$51,15. Sin embargo, al día siguiente los precios volvieron a subir y se colocaron a niveles similares a los días previos al pacto.
Una de las explicaciones ante este suceso es que la firma del acuerdo ya estaba prevista por las grandes empresas energéticas. No obstante, uno de los factores más importantes para explicar la lentitud de la baja de los precios es que el nuevo petróleo iraní no estará disponible de forma inmediata. El incremento de la producción llevará su tiempo Incluso si la inversión es impulsada por grandes multinacionales (descontando los 30 millones de barriles que se estima tiene almacenados listos para inyectar en el mercado).
Pero además, la apertura de las ventas está pendiente de que la Organización Internacional de Energía Atómica verifique que Irán ha cumplido con su parte. Se estima que esto no ocurrirá sino hasta fines de año, por lo que hasta esa fecha no será posible sacar a venta las reservas de hidrocarburos.
Irán es uno de los grandes productores mundiales de petróleo (actualmente cuenta con una producción de 2,85 millones de barriles diarios de petróleo), y posee la cuarta reserva probada de crudo del mundo y la segunda mayor de gas natural. Sus principales exportaciones están ahora dirigidas a China, India, Japón y Corea del Sur. Si este acuerdo se implementa veremos a Irán levantarse nuevamente como una de las superpotencias mundiales productoras de hidrocarburos.