Los precios del petróleo se mantuvieron firmes la semana pasada y los mercados de futuros de Nueva York cerraron con un aumento de casi US$ 4 por barril respecto a la semana anterior, alcanzando un valor de US$ 49,71 mientras que el de Londres llegó a US$ 52,52. Esta situación se explica por una inesperada caída de 7,2 millones de barriles del stock de crudo en EE.UU. Esta disminución fue causada por un alto nivel de consumo de las refinerías de casi 17,3 millones de barriles por día de crudo en la última semana, lo que significó un aumento de 620 mil barriles por día respecto a la misma semana en 2016.
También la disminución de la importación de crudo proveniente de Arabia Saudita fue otras de las causas que provocó esa reducción inusual de los stocks. Las exportaciones estadounidenses de crudo y productos petrolíferos siguen en un buen nivel. Las exportaciones de shale oil liviano de los puertos del Golfo continúan y hay planes para aumentar la capacidad de exportación de petróleo de Estados Unidos al permitir las exportaciones de la terminal LOOP costa afuera de Louisiana que puede recibir buques tanque más grandes. La mayor demanda de derivados del petróleo desde Estados Unidos ha sido causada por problemas de refinación en México y Venezuela lo que ha llevado a mayores importaciones de productos finales. El diferencial entre los precios del crudo Brent y WTI hace que las exportaciones estadounidenses sean más competitivas y el crudo estadounidense ha comenzado a ser enviado a refinerías más alejadas.
Goldman Sachs dijo la semana pasada que los mercados petroleros están reequilibrándose más rápidamente de lo que esperaba hace unas semanas. La consultora tuvo en cuenta una mayor demanda de crudo, el recorte de la producción de la OPEP, fuertes bajas de los inventarios estadounidenses y una tasa decreciente de aumentos de equipos de perforación. Si continúa la tendencia en Estados Unidos, Goldman espera que los mercados de petróleo sean reequilibrados a principios de 2018.
El recorte de la producción de la OPEP: La reunión del organismo en San Petersburgo para discutir el nivel de su producción no parece haber generado cambios significativos. No se habló de nuevos recortes de producción y se sigue estudiando la inclusión de Libia y Nigeria al cartel. Se está produciendo un recorte de las exportaciones sauditas a Estados Unidos, pero no está claro si esto está siendo forzado por una mayor demanda interna de verano o por una decisión deliberada de empujar hacia abajo las existencias de crudo estadounidenses. La cantidad de equipos petroleros en Estados Unidos aumentó en sólo dos plataformas la semana pasada, lo que sugiere cautela por parte de las compañías perforadoras, o quizás problemas en la obtención de personal con experiencia suficiente, arenas para el fracking o el capital de inversión necesario para expandir la producción. Hay que tener en cuenta que se tarda varias semanas para poner en marcha una plataforma después de la decisión de activarla. A mediados de junio, el petróleo se cotizaba en torno a los 43 dólares el barril, que es un valor que está muy por debajo del punto de equilibrio para muchas empresas. Con el aumento de los precios en el último mes, podríamos ver el aumento de las plataformas en actividad para finales del agosto. La cantidad de pozos de shale perforados pero no completados se ha incrementado en casi 1.000 este año, llegando a más de 6.000. Parte de esto puede deberse a que los perforadores suspenden las operaciones mientras esperan precios más altos del petróleo, pero muchos están diciendo que simplemente no hay suficientes equipos de fracking calificados disponibles después de los severos recortes en los últimos años. Los precios de los servicios de fracking se han duplicado en el último año, lo que ha generado una presión considerable sobre las empresas, teniendo en cuenta que el precio del barril aún se ubica por debajo de los 50 dólares y les cuesta absorber ese costo.